
ISSN: 2954-5331 / Revista investigación & praxis en CS Sociales
Volumen 3 - Número 2 - 2024
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este pensamiento crítico, consolida en el individuo sensibilidad ciudadana, generando
espacios de reflexión, análisis y responsabilidad. Al respecto, Serrano de Moreno (2008)señala
al respecto que este pensamiento crítico ciudadano “entraña el desarrollo de todas las
capacidades básicas de comunicación que le permitan al hombre insertarse en el mundo del
trabajo y en su cultura como formas de realización personal y espiritual, de progreso social y
desarrollo económico” (Pág. 59).En esencia, la lectura crítica además de ser un elemento
formal de la vida académica de los estudiantes, se ha convertido en un principio fundamental
para el desarrollo del pensamiento comunitario, primando la formación y reacción crítica ante
los acontecimientos que se viven diariamente en los diferentes contextos.
La lectura crítica por Fabio Jurado Valencia
En el documento desarrollado por Jurado (2020) argumenta en su artículo que los individuos
se encuentran en una constante inmersión de la lectura, estableciendo que hoy día la sociedad
está conectada y entrelazada con las herramientas digitales, es decir, la lectura se encuentra
en de forma recurrente en las actividades cotidianas. Por tanto, la lectura es un acto intuitivo
y de carácter natural, ya sea de forma consciente o inconsciente, esto debido a que los
dispositivos y aplicativos digitales ofrecen una gran navegación y relación directa con el uso
de palabras o textos.
El ejercicio lector se realiza al abordar las noticias o toda diversa información, que está allí, en
las pantallas del móvil. Sin duda, la pandemia cambió los escenarios ya establecidos, al que el
ser humano ya estaba acostumbrado a vivir y rodear. Por ejemplo, desde el plano laboral cada
vez es más fácil acceder al trabajo desde el hogar, mantenerse conectado o emplear la red
para el desarrollo de las actividades de cada profesional.
Ahora bien, en lo que atañe al ámbito educativo, es constatable la presencia de una extensa
red comunicativa, a través de la cual, docentes y estudiantes mantienen una interacción
constante en la mediación de los saberes, asesorías, consultas y trabajo independiente. No
obstante, estas condiciones del sector educativo no pueden estar desarraigadas del
componente social y familiar, pues ello caracteriza la forma en cómo y qué se está
aprendiendo, además de su valor para cada individuo. Con certeza, se puede referir que esta
virtualidad requiere de un mejor ejercicio de la lectura, por lo cual es necesario tener en
cuenta la calidad de este proceso a través de interrogantes como ¿qué se lee?
¿Cómo se lee? y ¿qué se entiende de lo que se lee? Al respecto de ello, Jurado (2020)
reflexiona sobre este asunto de la siguiente manera:
“cabe preguntarse si este ritmo desenfrenado de la lectura de mensajes de distinto género –
mini noticias, publicidad, chat coloquial, cuentas de cobro, invitaciones, alertas, canciones,
denuncias, seducciones, chismes...-se ha mantenido y la transformación de los horarios del
día a día ha posibilitado la reflexión para asignar unos tiempos a la lectura de textos con otras
características, sean digitales o impresos y, sobre todo, cuando se comparten los espacios de
la casa y, en consecuencia, con más oportunidades para conversar”(Pág. 2).