GESTIÓN DE LAS BUENAS PRACTICAS DE MANUFACTURA EN UNA PROCESADORA DE CEREALES MEDIANTE LA RESOLUCIÓN 2674 DE 2013 PARA
EL ALCANCE DEL ÉXITO EMPRESARIAL
Erika Paola Soto Toloza, Luz Alba Caballero Pérez, Viviana María Chaparro Crispín, Jorge Leonel Abril Flórez.
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(EPC). El marco actual presenta el Pacto con la
Economía Popular y Comunitaria, que tiene como
objetivo proponer estrategias para el reconocimiento,
fortalecimiento y sostenibilidad de este importante
sector económico. El pacto se construye sobre la
política pública para la Economía Popular (EP),
mediante la cual el gobierno diseñará una política
específica destinada a fortalecer este sector dentro de
un marco institucional que fomente su integración
socioeconómica y sociocultural, aumentando así su
potencial generador de ingresos. Además, se llevará a
cabo la estimación y descripción de su alcance y
contribución a la sociedad en relación con las
actividades económicas de mercado, actividades
comunitarias o no comerciales y servicios comunitarios
(Departamento Nacional de Planeación, 2022).
Además, la implementación de buenas prácticas de
manufactura en la industria alimentaria es un requisito
indispensable para garantizar la seguridad y calidad de
los productos. Estas prácticas incluyen un conjunto de
principios y directrices generales destinadas a reducir
la probabilidad de contaminación y proporcionar
condiciones óptimas en todos los procesos de
producción. En Colombia, la regulación de las Buenas
Prácticas de Manufactura (BPM) se introduce a través
de legislación que apunta a la estandarización de
procedimientos dentro del sector industrial. Sin
embargo, su implementación se ve obstaculizada por
la falta de infraestructura adecuada, inercia
institucional, restricciones económicas y las
necesidades de capacitación continua del personal
(Rojas et al., 2023).
En lo que respecta a la resolución 2674 del 2013, las
buenas prácticas de manufactura son los principios
básicos y prácticos generales de higiene en la
manipulación, preparación, elaboración, envasado,
almacenamiento, transporte y distribución de
alimentos para consumo humano, con el objeto de
garantizar que los productos en cada una de las
operaciones mencionadas cumplan con las
condiciones sanitarias adecuadas, de modo que se
disminuyan los riesgos inherentes a la producción
(Ministerio de Salud y Protección Social, 2013).
Cupaja y Angarita (2021) diseñaron un manual de
buenas prácticas de manufactura para una empresa
que procesa y conserva frutas, verduras y tubérculos
para el consumo humano a través de la deshidratación.
En este manual, las directrices para la implementación
de un sistema documentado actualizado están
fundamentadas en el marco legal vigente. Los
hallazgos indicaron que la organización logró cumplir
con los requisitos legales nacionales e internacionales
a través de la implementación de este manual. Dicho
cumplimiento legal implica los estándares de higiene y
calidad para los productos, los cuales controlan y
garantizan que satisfagan las expectativas del
consumidor.
Por otro lado, una empresa panificadora basada en la
Resolución 2674 de 2013, mejoró los requerimientos
de infraestructura y sanidad. El cumplimiento inicial fue
del 75.25% y tras la mejora de los programas de
saneamiento y programas complementarios, así como
la capacitación al personal manipulador de alimentos
en el desarrollo de tareas con calidad y seguridad
efectivas, permitió alcanzar un 86.14% de
cumplimiento de los requisitos sanitarios que establece
esta resolución (A. D. I. López & Fuentes, 2021).
De igual manera, López (2021) creó un sistema de
buenas prácticas de manufactura para una industria de
productos lácteos utilizando una lista de verificación de
auditoría para evaluar los niveles de cumplimiento.
Además, planteó soluciones específicas basadas en
los hallazgos. Los resultados iniciales mostraron que
de los ocho ítems evaluados (utensilios, envasado
etiquetado y empaquetado, almacenamiento,
distribución y comercialización, instalaciones,
materiales primas e insumos, requisitos higiénicos de
fabricación, operaciones de producción y
aseguramiento y control de calidad) solo el ítem
utensilios superó el 80% de cumplimiento y para los
que estuvieron por debajo de ese porcentaje elaboró
un plan de mejora donde propuso el diseño de
procedimientos operativos estandarizados y de
saneamiento, así como el costo económico de la
implementación.