ISSN Impreso: 1794-9920
ISSN Electrónico: 2500-9338
Volumen 22-N°4
Año 2024
Págs.96-107
EL VALOR REAL DE LAS NECESIDADES BÁSICAS EN
TULANCINGO DE BRAVO, HIDALGO,
(2011-2017).
Juan Carlos Camacho
Islas[1]
Enlace Orcid: https://orcid.org/0000-0003-2652-2790
Karina Isabel Masso Sotelo[2]
Enlace Orcid https://orcid.org/0000-0003-2545-8707
Elías Gaona Rivera[3]
Enlace Orcid: https://orcid.org/0000-0003-2630-219X
Fecha
de Recepción: 7 de noviembre del 2022
Fecha
de Aprobación: 10 de Enero de 2023
RESUMEN
La
adopción del modelo neoliberal ha reducido significativamente el crecimiento
del salario mínimo mexicano y, actualmente es posible decir que no es
suficiente para satisfacer las necesidades básicas de la población. El objetivo
de este artículo es presentar un cálculo del valor monetario que debería tener
el salario mínimo en México, de acuerdo con los precios de los bienes
alimentarios y no alimentarios indispensables para tener estilo de vida digno
en la ciudad de Tulancingo, Hidalgo. Su utilizó la metodología sobre la
edificación de líneas de bienestar, pero ajustada a una mejor estimación de las
necesidades nutricionales de la población, así como a los precios y hábitos de
consumo de la población de Tulancingo. Los resultados mostraron que el porcentaje
de necesidades que han podido ser cubiertas por el salario mínimo vigente, en
el periodo señalado, fue de sólo el 33.46% en su mayor valor, es decir, apenas
un poco más de una tercera parte.
Palabras
clave: salario mínimo en México; inflación; canasta básica; poder adquisitivo;
pobreza; crecimiento económico.
THE REAL
VALUE OF BASIC NEEDS IN TULANCINGO DE BRAVO, HIDALGO, (2011-2017).
Abstract:
The
adoption of the neoliberal model has significantly reduced the growth of the
Mexican minimum wage and currently it is possible to say that it is not enough
to satisfy the basic needs of the population. The objective of this article is
to present a calculation of the monetary value that the minimum wage should
have in Mexico, according to the prices of food and non-food goods
indispensable for a decent lifestyle in the city of Tulancingo,
Hidalgo. The methodology on the construction of welfare lines was used, but
adjusted to a better estimation of the nutritional needs of the population, as well
as to the prices and consumption habits of the population of Tulancingo. The results showed that the percentage of needs
that could be covered by the current minimum wage, in the indicated period, was
only 33.46% in its highest value, that is, only a little more than a third.
Keywords: Minimum wage in Mexico; inflation; basic basket; purchasing power;
poverty; economic growth.
O
VALOR REAL DAS NECESSIDADES BÁSICAS EM TULANCINGO DE BRAVO, HIDALGO,
(2011-2017)
Resumo:
Este artigo considera o
problema de determinar a magnitude das mudanças na psicologia
do consumidor derivadas da ansiedade causada pela
pandemia e os estilos de consumo nos habitantes de
Pachuca de Soto. Para o qual foi
realizado um estudo
transversal, aplicando um questionário
a 75 pessoas entre 15 e 60 anos,
residentes em Pachuca de Soto. Os principais
resultados sugerem que o principal fator de ansiedade foi a falta de interação social, mas eles a minimizaram com exercícios, leitura de livros e aumento do
consumo de entretenimento, além
de aumentar suas ações para
o cuidado com o meio
ambiente e buscar uma vida mais saudável, para que haja uma grande oportunidade de focar o desenvolvimento de produtos e serviços para atender esse novo consumidor considerando o grave impacto psicológico.
Palavras-chave: Salário mínimo no México; inflação; cabaz básico de bens; poder de compra; pobreza; crescimento
económico
1.
INTRODUCTIÓN:
Debido a la importancia del salario mínimo
tanto como unidad de referencia como límite necesario para mantener el pago al
trabajador en niveles aceptables para la subsistencia, es vital que el cálculo
de este se lleve a cabo en concordancia con los niveles de precios del país y
de acuerdo a las necesidades de los trabajadores. El presente trabajo tiene
como objetivo estimar el valor que debería tener el salario mínimo para cumplir
con el requisito de ayudar a la fijación de salarios justos mínimamente necesarios
para una vida digna y de acuerdo a las necesidades nutricionales y materiales
de los mexicanos, tomando como laboratorio metodológico los índices de precios
de la zona de Tulancingo Hidalgo, México, caracterizada por ser una la zona más
representativa comercialmente de dicho estado.
Como primer parte del trabajo, se presenta el
estado del arte del tema, analizando mayoritariamente los trabajos y artículos
de opinión acerca de los salarios mínimos, para crear un marco contextual sobre
su relevancia, evolución y atributos. Posteriormente se describe el cálculo que
se llevó a cabo para el periodo de 2011 a 2017 con los datos recogidos de
precios de los bienes de la zona del valle de Tulancingo, zona donde el INEGI
estima el índice de precios para el estado de Hidalgo y, que consiste en la
construcción de una canasta alimentaria con los requerimientos nutricionales
para una alimentación saludable y una canasta no alimentaria, compuesta por un
grupo de artículos indispensables para que las personas puedan llevar a cabo
sus actividades elementales.
Finalmente se hace una breve comparación de
la evolución del valor de las canastas calculadas y del salario mínimo y la
disparidad que existe entre ellos. Se encontró que existe efectivamente una
diferencia, lo que es congruente con muchas investigaciones y artículos del
tema, que indican que el salario mínimo oficial es insuficiente para mantener a
una familia mexicana estándar, lo que colabora con el
empobrecimiento de la población y el
incremento de la desigualdad económica y social.
El
salario es la fuente de ingresos económicos de la mayoría de los trabajadores,
por ello, el monto monetario que perciben estos determinará necesariamente el
nivel de vida de las personas y sus oportunidades socioeconómicas; para ello y
garantizar un nivel de subsistencia mínimo para todos los mexicanos, el cual es
un derecho constitucional según el artículo 123. La Comisión Nacional de
Salarios Mínimos es un organismo Público descentralizado que se encarga de
fijar los salarios mínimos legales, en un nivel que asegure dignidad para el
trabajador y su familia (CONASAMI, 2016).
La
remuneración de los factores de producción mexicanos es la más baja de todos
los países de Latinoamérica, esto podría deberse a que México es competitivo al
exterior por su mano de obra barata, esto como una estrategia de captación de
inversión y crecimiento económico para el país, sin embargo, desde que la
visión neoliberal fue adoptada, los salarios han sido mermados en su poder
adquisitivo de manera considerable (Moreno-Brid,
Garry, & Monroy-Gómez-Franco, 2014).
Según
un artículo de El Financiero (2016)
la Auditoria Superior de la Federación expuso que los incrementos que ha tenido
el salario mínimo desde el año 2000 no han sido suficientes para mantener el
poder adquisitivo de la remuneración laboral mínima, por lo que las personas se
empobrecen paulatinamente, dado que la inflación por lo general es mayor al
crecimiento del salario; además el artículo menciona que la CONASAMI ha sido
ineficiente en su labor, pues ha gastado más de 539 millones de pesos, en el
pago de 144 estudios de expertos, para cumplir su fin de fijar adecuadamente el
precio del trabajo, pero que sin embargo, los trabajadores han visto mermado su
ingreso real.
El tema del dinamismo de los salarios y sus
efectos en los niveles de empleo ha renacido en México, pues el jefe de
gobierno, en turno, de la CDMX promovió un aumento de los salarios, poniendo el
tema sobre la mesa y la discusión política nacional (Consejo Económico y Social de la Ciudad de México, 2015).
Por
otro lado, en la teoría económica, la relación salario y empleo, se supone una
relación negativa casi dogmáticamente, sin embargo, Campos Vázquez (2015)
citando a David Card y Alan Krueger (1994), quienes
encontraron en una investigación realizada, quienes tomaron a dos estados
colindantes de los Estados Unidos, en los que en uno de ellos elevó el salario
mínimo de $4.25 a $5.05 dólares, y se verificó con datos estadísticos que tal
incremento tuvo un efecto nulo en los niveles de empleo y en la inflación, los
cuales se comportaron igual que en el estado donde no habían hecho ningún
ajuste salarial, con lo cual se refuta la tesis de que elevar los salarios
traerá consigo efectos indeseados en la economía como desempleo y elevación de
precios.
Son
muchos los investigadores que exponen que el nivel de salarios mínimos en
México está por debajo de los niveles de equilibrio de mercado (Moreno-Brid, et al., 2014), lo que hace
necesario considerar reajustarlos a los niveles adecuados por medio de política
económica basada en investigaciones profesionales correctas, sin embargo, los
hacedores de políticas económicas, tienen las manos amarradas, puesto que tanto
los empresarios liderando el aparato productivo, como muchos economistas que
argumentan la relación negativa salarios-empleo y precios, sostienen que los
efectos ulteriores serían contraproducentes, empero, esto no quita el hecho de
que muchos trabajadores formales que perciben el salario mínimo, como muchos
informales que basan sus ingresos en el nivel el mismo, viven por debajo de la
línea de la pobreza, y que se ven obligados a trabajar más horas que sus
similares de otros países, para poder como mínimo, mantenerse al día.
Existen
evidencias y trabajos científicos que justifican formalmente un aumento del
salario mínimo, por ejemplo Campos Vázquez
(2015) citando a Stewart (2003), quien verificó que un aumento del salario en
15% en el Reino Unido de 1999 a 2001 no tuvo ningún efecto negativo en la
economía de esa región, esto lo explica Campos, con la lógica de que mientras
una economia tenga competencia imperfecta, las empresas tendrán poder de
mercado, por lo que los salarios estarán por debajo del nivel de equilibrio,
así, un salario minimo por encima del nivel de salarios que fija la empresa
pero menor que el de equilibrio obliga a las empresas a contratar a mas
trabajadores para maximizar sus ganancias, aumentando con ello los niveles de
empleo y no reduciendolo como lo indicaria la ortodoxia económica.
Desde
principios del siglo XX, con la conclusión de la revolución Mexicana, y con
cierto auge del sindicalismo mundial, los trabajadores mexicanos lograron
muchos avances en políticas con mayor sentido social, que los que tenían
durante el porfiriato, época en la que hubo mucha desigualdad e inequidad social
a pesar del crecimiento macroeconómico que mostró México en este periodo, esto
bajo la premisa de lograr la industrialización de la nación, fue así como el
nuevo Gobierno Mexicano implementó el salario mínimo a nivel nacional, esto
para que los trabajadores fueran más productivos y volver competitiva a la
economía del país, con trabajadores mejor remunerados estos serían más
eficientes y por supuesto, se cumplía con el artículo 123 de la recién creada
constitución de 1917, con un ingreso de los trabajadores suficiente para
satisfacer las necesidades normales de un jefe o jefa de familia en el orden
material, cultural, y social, y ser capaz de brindar educación a los hijos (Reyes, 2011).
Hoy,
en el siglo XXI, la visión que se tiene respecto a los salarios en México sigue
la visión Neoliberal, y aunque se sigue teniendo una estrategia salarial para
la captación de inversión extranjera directa por el modelo de crecimiento
macroeconómico adoptado desde los años ochenta, el modelo llamado Industrialización Orientada a las
Exportaciones, en el que las políticas salariales siguen un eje hacia el
crecimiento económico, sin embargo, no se puede decir lo mismo del sentido
social de tales políticas, pues hoy en día, en la economía no se tiene una
visión de dignificar el monto de las remuneraciones de los trabajadores
mexicanos, y la calidad del trabajo que ostentan, por ello la precarización del
trabajo ha ido aumentando con los años en México (Gaona & Rodríguez , 2015).
En
México la contención salarial obedece a la visión de que salarios altos causan
inflación, pues según un informe de Banco de
México (2016), con incrementos de las remuneraciones el costo de la vida
aumentaría en el mediano plazo más que proporcional, por lo que se nulifica el
efecto del incremento salarial en la pérdida del poder adquisitivo del mismo.
Es por ello que las políticas económicas referentes a los salarios los
mantienen bajos aun a pesar de que diversos estudios mencionan que están por
debajo del nivel de equilibrio (Moreno-Brid, et
al., 2014).
A pesar de todo lo mencionado, la información sobre la
metodologia técnica de la fijación de los salarios por la CONASAMI es muy
nebulosa, pues no se conoce con exactitud el proceso de determinación de los
salarios (El Financiero, 2016). La selección de la canasta básica del mexicano
promedio es muy dificil, pues son varios los factores a contemplar, tanto
biologicos como sociales y hasta culturales, sin embargo, la importancia que
radica en tener lo más pronto posible una adecuada política salarial que brinde
al mexicano niveles de vida mejores y primermundistas es ingente, por lo que lo
mejor sería optar por una canasta que brinde los requerimentos nutrimentales
más elementales y asegurar de alguna manera la salud de la pobación mexicana.
El acceso a una alimentación segura es un derecho Humano, que
es promovido por Organismos como la ONU o la FAO por ejemplo, el Instituto de
Estudios Educativos y Sindicales de América (2016) citando un estudio realizado
por el CONEVAL, se comprobó que el 56.1% de los mexicanos no tienen seguridad
alimentaria, lo cual es una cifra alarmante, indicando que existe una población
desnutrida o malnutrida, lo cual está directamente relacionado con los ingresos
bajos de los trabajadores, y con la poca voluntad política del gobierno o bien
de su ineficiencia para reducir los niveles de pobreza. En lo que atañe al
presente artículo, es indispensable centrarse en indicar que gran parte de la
pobreza y desigualdad de los ingresos se deben a las politicas salariales de México.
Un
ingreso digno y suficiente permite a la población tener salud, buena nutrición,
educación y desarrollar la cultura, por lo que un salario adecuado permite
desarrollar integralmente al capital humano de un país, que es el recurso más
valioso para el desarrollo social y económico (Martínez
& Villezca, 2005). Estos autores indican que la información alimentaria de la población de
una nación se obtiene de las hojas de Balance Alimentario (BA), que son
estimaciones sobre las cantidades y los grupos de alimentos que dispone cierto
país; de esta manera los datos de las BA “son promedios del suministro de cada
alimento o grupo de alimentos y de la aportación de calorías y de algunos
nutrientes expresados por día y habitante” (Martínez
& Villezca, 2005:198), sin embargo, la metodología de la
construcción de las hojas BA tiene una falla que Villezca
y Martínez (2005) aceptan, que entre más desigual es la distribución del
ingreso los datos arrojados de las BA pierden su utilidad como instrumento de
examinación de la situación alimentaria de la población.
La
desigualdad del ingreso en nuestro país es notable, y autores como Carrillo-Huerta & Vázquez Mateos (2005)
demuestran que el índice de GINI (IG) de México ha venido incrementando desde
1984, con un aumento de 28% desde 1984 a 2004, lo que indica que la desigualdad
del ingreso salarial ha venido incrementándose desde la adopción del modelo
exportador como estrategia de crecimiento nacional. Esto se verifica en el
trabajo de Carrillo y Vázquez, en el que citan un estudio realizado por la
CEPAL, en el que se verifican tres fases de la distribución del ingreso en
México, la primera de va de 1950 a 1963 con un aumento ligero del IG de 0.515 a
0.546, en la segunda se observó una disminución de 0.546 a 0.472, está
aconteció de 1963 a 1984, época en la que el gobierno se caracterizaba por
tener mayor intervención y voluntad política, y por último, la tercera fase que
culmina en 1996, donde se vio un aumento de la desigualad de la renta más
intenso pasando de tener un IG de 0.472 a 0.610, que coincide adecuadamente con
la etapa de privatizaciones e integración económica neoliberal del país.
El
salario mínimo oficial de México en 2017 es de $80.04 (SAT, 2016), este nivel de salarios es de suma importancia, pues
determina las capacidades y oportunidades de la población, por ello, es
necesario conocer si la cantidad determinada por la Comisión Nacional de
Salarios Mínimos es adecuada, razonable y digna para los trabajadores
mexicanos.
En un
artículo realizado por el periódico Excelsior
(2016) basado en datos de la OCDE se
sostiene que “para dimensionar el rezago salarial, hay que tener en
cuenta que un mexicano trabaja en promedio 2 mil 226 horas al año y obtiene un
ingreso familiar de $12,850 dólares por año”; mientras que el promedio de horas
trabajadas de países de la OCDE son 1770 horas anuales por $36,741.4 dólares (IMCO , 2017), lo que da una idea somera de los
carente de los ingresos en el país.
El
salario mínimo debe cubrir el consumo total de una familia mexicana, que está
compuesta en promedio por cuatro integrantes (INEGI,
2014), sin embargo, diversas
fuentes exponen que el actual nivel de salarios es insuficiente, pues el valor
del bienestar mínimo debe estar por encima de los $11,140 pesos mensuales, para
cubrir el consumo del trabajador y su familia, es decir, $2,876.45 por persona (Universal, 2017), este artículo basado en
información del CONEVAL indica también que la canasta básica de cada persona se
divide en alimentaria y no alimentaria, de esta manera, para cubrir los gastos
de alimentación por persona se necesitan $1,371.66 al mes y $1,414.79 en gastos
diversos como transporte, educación, vestido, vivienda, salud, etc.
Es necesario que se realicen más y mejores investigaciones científicas
sobre el tema, y cambiar la visión que se tiene por parte de las instituciones
gubernamentales mexicanas que influyen en la determinación del salario, la más
importante es Banxico, que tiene como objetivo principal mantener el poder
adquisitivo de la moneda, y tomar al salario mínimo como indicador de
referencia económica (Banco de México, 2009),
pero que, sin embargo, coadyuva a la contención del salario real
justificándola, debido a que al cuidar
que la inflación se mantenga en cierto rango, promueve bajos niveles de las
remuneraciones, y con ello, se crea el marco que hace perder de alguna manera
bienestar social a la población. Por ello, la ciencia económica debe encaminar
la política económica pertinente a que tenga un impacto positivo en la calidad
de vida de los mexicanos más vulnerables.
3. METODOLOGÍA:
Para el cálculo del salario mínimo que se propone
en este trabajo, se recurrió a la metodología publicada por el CONEVAL sobre la
construcción de líneas de bienestar (Aranda
Balcázar et al, 2012) pero ajustada a una mejor estimación de las
necesidades nutricionales de la población, así como a los precios y hábitos de
consumo de los tulancingueños. El periodo de análisis
comprende de 2011 a 2017, con datos respectivos a enero de cada año del estudio
y se realizaron estimaciones para el área urbana de Tulancingo, dado que es el
mejor referente de las áreas urbanas del estado de Hidalgo. Los datos fueron
recuperados de publicaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS,
2017), para las necesidades nutricionales; de la Encuesta Nacional de Ingresos
y Gastos de los Hogares (ENIGH, 2014); y de los Índices de Precios Promedio del
INEGI[4]. Los
precios manejados en el estudio están en pesos corrientes.
El cálculo del salario mínimo.
El cálculo del salario mínimo siguió las siguientes
etapas:
1. Construcción
de la Canasta Alimentaria y estimación de su valor promedio.
2. Construcción
de la Canasta no Alimentaria y estimación de su valor promedio.
A continuación, se describirá cada una de las
etapas, el procedimiento particular y las fuentes de referencia.
Se considera Canasta Alimentaria al conjunto de
alimentos que satisfacen las necesidades calóricas y nutricionales de todo tipo
(proteínas, vitaminas, minerales, etc.) para un individuo promedio cuya actividad
física es considerada ligera y que es acorde con los hábitos de consumo de la
población.
Para su construcción se modificó la canasta básica
alimentaria propuesta por el CONEVAL en su artículo metodológico, ya que,
además de considerar los hábitos de consumo, hace un ajuste de las necesidades
nutricionales de la población de acuerdo a las sugerencias de la OMS (2017)
para una dieta saludable; esta canasta cuenta con 37 rubros, contando
alimentación dentro y fuera de casa.
Las modificaciones hechas a la canasta del CONEVAL
siguen tres parámetros fundamentales:
-
La disponibilidad de datos acerca de los precios de
los productos en el sistema de Precios Promedio del INEGI, que no concuerda
totalmente con los rubros manejados por el CONEVAL; para evitar generar
carencias en las necesidades nutricionales por una dieta no balanceada, el
consumo de los artículos que no fueron encontrados en el sistema del INEGI fue
agregado al consumo de otros artículos del mismo grupo alimenticio.
-
Se eliminó el rubro de alimentos consumidos fuera
del hogar por carecer de información nutricional precisa.
-
Se ajustó la cantidad de calorías promedio por
individuo de 2083.9 a 2277.5, con base en nuevos cálculos basados en
recomendaciones de la OMS (2017) para el peso y estatura del mexicano promedio
y de acuerdo con la estructura de la familia urbana preponderante en el país,
esto es: dos padres y dos hijos, al menos uno de los cuales es mayor de 15
años.
En la
tabla 1, se muestran las distintas necesidades calóricas que necesitan los distintos
integrantes de una familia: papá (hombre adulto), mamá (mujer adulta),
adolescente y niño. Las necesidades
calóricas son diferentes para cada miembro (Tabla1).
Tabla 1. Calorías requeridas por los diferentes integrantes
de una familia
Individuo |
Calorías diarias necesarias |
Hombre adulto |
2,827.44 |
Mujer adulta |
2,225.88 |
Adolescente (mayor a 15 años) |
2,420.37 |
Niño |
1,636.32 |
Promedio |
2,277.50 |
Elaboración propia con datos de la OMS (2017).
Los precios de los artículos de la canasta
alimentaria generada provienen del Índice de Precios Promedio del INEGI, para
Tulancingo para cada uno de los años, para lo cual se obtuvo la media de los
productos incluidos; se obtuvo el consumo en kilogramos o litros de cada bien y
finalmente, se calculó el producto entre el consumo diario de cada artículo y
el precio de este para los 7 años del estudio.
Las necesidades calóricas y el precio total diario
por artículo se presentan a continuación:
Tabla 2. Calorías proporcionadas por algunos alimentos.
Producto |
Calorías
necesarias |
Cantidad
en mg/ml |
|
Aceites y grasas vegetales comestibles |
141 |
16.14 |
|
Agua embotellada |
0 |
609.48 |
|
Arroz |
48.88 |
13.63 |
|
Azúcar |
83.24 |
22.36 |
|
Carne de cerdo |
49.17 |
30.07 |
|
Carne de res |
66.8 |
51.84 |
|
Cebolla |
22.07 |
62.65 |
|
Cereales en hojuelas |
20.14 |
5.33 |
|
Chorizo |
19.11 |
4.59 |
|
Frijol |
255.34 |
74.94 |
|
Huevo |
81.46 |
49.47 |
|
Jamón |
6.07 |
6.07 |
|
Jitomate |
10.81 |
93.31 |
|
Néctares envasados |
37.18 |
83.09 |
|
Leche pasteurizada |
181.29 |
301.85 |
|
Limón |
11.85 |
38.51 |
|
Manzana |
19.55 |
44.29 |
|
Naranja |
11.55 |
42.36 |
|
Otros chiles frescos |
6.81 |
15.11 |
|
Pan blanco |
134.19 |
38.51 |
|
Pan dulce |
205.43 |
58.8 |
|
Papa y otros tubérculos |
42.66 |
66.06 |
|
Pasta para sopa |
30.81 |
8.29 |
|
Pescado |
2.81 |
5.04 |
|
Plátanos |
31.4 |
51.39 |
|
Pollo |
97.31 |
55.39 |
|
Pollos rostizados |
23.7 |
12.89 |
|
Queso fresco |
21.18 |
7.11 |
|
Refrescos envasados |
92.72 |
250.31 |
|
Tortilla de maíz |
513.5 |
230.16 |
|
Yogurt |
9.48 |
9.92 |
|
TOTAL |
2277.5 |
2198.85 |
Elaboración propia con
datos de la OMS (2017), la ENIGH (2014), el CONEVAL (2018) e INEGI.
-
Vestido y calzado.
-
Vivienda y servicios de conservación, energía
eléctrica y combustibles.
-
Artículos y servicios para la limpieza, cuidados de
la casa, enseres domésticos y muebles; cristalería, utensilios domésticos y
blancos.
-
Cuidados de la salud.
-
Transporte; adquisición, mantenimiento, accesorios
y servicios para vehículos; comunicaciones.
-
Servicios de educación, artículos educativos,
artículos de esparcimiento y otros gastos de esparcimiento.
-
Cuidados personales, accesorios y efectos
personales y gastos diversos.
El
total de estos rubros se dividió entre el primero (Alimentos y bebidas
consumidas dentro del hogar), para obtener una proporción en el consumo; luego
se multiplicó por el gasto calculado de la canasta alimentaria para tener el
total necesario. En la tabla 3 se aprecian los elementos que componen la
canasta no alimentaria, así como la evolución de su costo en cada una de los
años del periodo de estudio.
Tabla 3. Costo de canasta no
alimentaria
Rubro |
% de gasto alimentario |
Costo
por año |
|
|
2011 |
2017 |
|||
Gasto alimentario. |
- |
$36.29 |
$48.76 |
|
Vestido y calzado. |
14.15% |
$5.13 |
$6.90 |
|
Vivienda y servicios de conservación, energía eléctrica y
combustibles. |
23.58% |
$8.55 |
$11.50 |
|
Artículos y servicios para la limpieza, cuidados de la
casa, enseres domésticos y muebles; cristalería, utensilios domésticos y
blancos. |
13.99% |
$5.08 |
$6.82 |
|
Cuidados de la salud. |
13.63% |
$4.95 |
$6.65 |
|
Transporte; adquisición, mantenimiento, accesorios y
servicios para vehículos; comunicaciones. |
33.15% |
$12.03 |
$16.17 |
|
Servicios de educación, artículos educativos, artículos de
esparcimiento y otros gastos de esparcimiento. |
31.07% |
$11.27 |
$15.15 |
|
Cuidados personales, accesorios y efectos personales y
otros gastos diversos. |
15.72% |
$5.70 |
$7.66 |
|
TOTAL |
$89.00 |
$119.61 |
||
Elaboración
propia con datos de la ENIGH (2014).
5.
De
acuerdo con la ENIGH (Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares) publicada
por el INEGI cada dos años, las familias urbanas en México cuentan con un
promedio de cuatro integrantes, de los cuales, la mitad trabaja; se consideró
entonces que el salario mínimo debe cubrir al menos las necesidades de las
canastas básicas alimentarias y no alimentarias de dos personas. A
continuación, se presenta el salario mínimo calculado en este estudio en
comparación con el salario mínimo aplicable a Tulancingo, así como las
necesidades que éste cubre como porcentaje del costo de las canastas básicas.
En la
tabla 4 se presenta la evolución de los salarios mínimos de la ciudad de
Tulancingo para una y para dos personas y el porcentaje que cubre el salario,
de dos personas, para satisfacer las necesidades básicas-alimentos y no
alimentos-de una familia modelo de cuatro integrantes. Este trabajo es
relevante porque hasta ahora no se hecho uno de este tipo para la ciudad de
Tulancingo con estas características. Se han hecho trabajos a nivel nacional
acerca de la evolución del salario real de los trabajadores mexicanos- López y Mendoza (2017) y Camberos y Bracamontes (2015)-
y todos coinciden que, en el periodo de análisis, el salario real disminuyó en
el periodo de estudio, es decir, que el poder adquisitivo disminuyó, no
obstante, este trabajo va más allá y señala el porcentaje que cubrió el salario
mínimo para cubrir las necesidades básicas en cada año de estudio del periodo
señalado.
Tabla 4. Salarios
mínimos de Tulancingo de 2011 a 2017 y porcentaje de las necesidades básicas
cubiertas.
Año |
Salario mínimo calculado (dos
personas) |
Salario mínimo vigente |
% de necesidades cubiertas |
2011 |
$178.01 |
$56.70 |
31.85% |
2012 |
$199.64 |
$59.08 |
29.59% |
2013 |
$200.02 |
$61.38 |
30.69% |
2014 |
$210.65 |
$63.77 |
30.27% |
2015 |
$218.68 |
$66.45 |
30.39% |
2016 |
$229.68 |
$73.04 |
31.80% |
2017 |
$239.22 |
$80.04 |
33.46% |
Elaboración
propia con datos de la CONASAMI.
Los
resultados arrojan que, dentro de los años de estudio, el porcentaje de
necesidades que han podido ser cubiertas por el salario mínimo vigente fue de
sólo el 33.46% en su mayor valor, es decir, apenas un poco más de una tercera
parte. Se observa también que a partir del 2015 se ha presentado un aumento
continuo del porcentaje de necesidades que es posible cubrir con el salario
mínimo, sin embargo, el reducido número de observaciones y los ajustes de 2016
en materia de salario mínimo (la estandarización de un solo salario mínimo para
todo el país en lugar de uno para las diferentes zonas) impiden una conclusión
consistente al respecto.
En
cuanto a las variaciones de ambas series con respecto a sí mismas, se observa
que el aumento absoluto del costo de las canastas básicas fue de 61.21 pesos,
es decir, un 34.4%. El incremento del salario mínimo real para la zona fue de
23.34 pesos, un 41.2%; si bien esta diferencia entre los crecimientos de ambos
valores no es realmente significativa para el periodo que se analiza, sí
representa una tendencia claramente provechosa ante la propensión histórica
(desde mediados del siglo XX) de un decrecimiento paulatino del poder
adquisitivo de los trabajadores menos remunerados (Dabat,
1978).
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[1] Alumno egresado de la licenciatura en economía por parte de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Contacto: ca141676@uaeh.edu.mx
[2] Alumna egresada de la licenciatura en economía por parte Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Contacto: kmasso95@gmail.com
[3] Autor por correspondencia. Profesor-investigador en la licenciatura en economía en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo. Contacto: elias_gaona3473@uaeh.edu,mx
[4] INEGI, en https://www.inegi.org.mx/app/preciospromedio/?bs=18, consultado el 15 de noviembre del 2017.